sábado, 14 de julio de 2007

"Cabecita negra", de Germán Rozenmacher

El tema de la amenaza de lo otro

En el relato se presenta la oposición de dos “mundos”. Uno, el mundo de la gente decente, regido por la posesión de las cosas, por las comodidades, por un cierto orden, en el que el protagonista es “el señor”:

“Ahí afuera, en la calle, podían estar matándose. Pero él tenía esa casa, su refugio, donde era el dueño, donde se podía vivir en paz, donde todo estaba en su lugar, donde lo respetaban. Lo único que lo desesperaba era ese insomnio”.

El otro mundo es el de la calle. El señor Lanari comete el “error” de asomarse a ese otro mundo. La mujer borracha en la puerta del hotel, los policías.

El insomnio del señor Lanari posibilita la intrusión. La intrusión del propio señor Lanari, que es confundido con otro, que no es reconocido, aunque muestre sus documentos. Es un mundo donde rigen otras leyes. A su vez, la confusión genera otra intrusión: La de los “cabecitas negras” en la casa (“el refugio”) del señor Lanari.
Las posesiones, los objetos son violados por los invasores: la cama, la biblioteca.

¿Cómo funciona la tradición discursiva civilización/barbarie inaugurada por “El Matadero” en el cuento de Rozenmacher?

El civilizado (el joven unitario, el señor Lanari) se aventura (por equivocación, por curiosidad) en territorio de la “barbarie”. Es insultado, es humillado, es victimizado).
El discurso formal es contestado con vulgaridad y con golpes. Hasta aquí podemos seguir líneas paralelas.
Pero hay un punto en que las líneas se separan.
El héroe victimizado no muere aullando su dignidad como en Echeverría. Su “torturador” lo suelta apenas se comprueba el error. (“Ese no es, José”).
Y apenas recobra la lucidez, corre a comprobar si sus posesiones están intactas.

Y hay algo más: el uso del discurso indirecto transparenta para los lectores el pensamiento del personaje: satisfacción de sí mismo, temor al ridículo, aspiración a ascender socialmente, carencia de escrúpulos.
El punto de vista elegido por el narrador apunta a la degradación del héroe y no a su ensalzamiento.
El relato gira hacia la parodia de la tradición literaria.

6 comentarios:

Belen dijo...

Creo que el señor Lanari,,es la prueba de la linea separadora social,eso que nos hace creer que si "tenemos" somos algo superior,pero solo de los que "no tienen".El cuento demuestra,para mi punto de vista,que a travez de la confusion de supuestos papeles en el cual se mezcla la victimizacion,al fin y al cabo,uno se da cuenta de la vulnerabilidad que nos generaliza sin fronteras.

Natalia Romero dijo...

buena lectura. la comparación con El Matadero lo explica todo.

Solitario Spider dijo...

Gracias a Belén por el comentario.
También a Nati. Los trabajos sobre "Esa mujer" y "Cabecita negra" son textos producidos en un seminario para profesores de literatura. Agradezco sus lecturas.

Unknown dijo...

necesito ayuda , explique con sus palabras el conflicto que existe entre los personajes ? que papel juega en ese conflicto el resentimiento y el miedo al otro ?

Unknown dijo...

Expliquen con sus propias palabras el conflicto que existe entre los personajes. ¿qué papel juega en ese conflicto el resentimiento y el miedo al otro?

Unknown dijo...

Jaja Yo Tambien tengo esa pregunta